Sweet Sweet only for you. (Charlotte)

Había amanecido nublado el día, hacía un frío terrible esa mañana. Me levanté con pereza, no quería abandonar mi cálida cama, estaba tan augusto tiradota allí entre mis edredones hechizados para que estuvieran calientes todo el día.
Al quitarme el edredón de encima, sentí como el frío que se colaba por la ventana ligeramente abierta penetraba en cada uno de mis poros; me estremecí y empecé a tiritar. Fui hasta el baño y me di una ducha con agua caliente, dejando que el vapor que generaba el agua al impactar con el suelo me otorgara esa calidez que escaseaba en el aire, esa mañana.
Tomé mi cazadora, y me dispuse a caminar por allí, mi mente vagaba en pequeños detalles, como el clima, lo linda que era la nieva, que sucedería si la nieve fuese de otro color y no blanca.
Impacté contra algo, un poste; por suerte solo golpeé mi hombro derecho contra él. Me dejo un dolor increíble en el brazo y un cosquilleo me recorrió desde la punta de mis dedos hasta mi hombro.
Solté una ligera maldición para mis adentros, y seguí caminando sobando mi brazo herido. Me detuve frente al Honey Dukes y sonreí ante la presencia de ganas de comer ranitas de chocolates, que nació repentinamente en mi interior.
Abrí la puerta con cuidado de no lastimarme de nuevo, y entré al local, sintiendo que la calefacción de este era reconfortante para el frío que afuera hacía. Zumbaba con ligereza, pero no era un zumbido molesto, era un zumbido que reconfortaba.
Fui hasta en frente de la vitrina, y me quedé observando varios dulces y pensando en tal vez comprar algunas otras cositas. Giré la cabeza cuando me percaté de la mirada impaciente de una chica, tal vez la había visto en algún lugar me acerqué con una sonrisa en mis labios, cargada de buena vibra.

Te tocará esperar mucho, el incompetente empleado tiene un coeficiente intelectual tan bajo que da pena ajena.

Me senté en la mesa junto a ella, y le tendí la mano.

Hola, me llamo Charlotte, puedes decirme Lottie.

Alzo la mirada cuando escuchó a la chica con un ánimo que le resulto bastante contagiador, sonrío mientras pensaba divertida si la chica también la primera vez habría querrido matar al chico por ser tan lento y despistado, por tardar mas en servirte lo que habías pedido de lo que tardaría alguien en consumir su pedido.

Observo la mano extendida, por unos minutos antes de dignarse a estirar su mano y estrecharla. Volvió a sonreír repentinamente contagiada por la carga positiva que irradiaba la chica.

Mi nombre es Daphne, mucho gusto Charlie.

Asintió y observó de nuevo al chico, con odio y frustración mientras esperaba impaciente a su pedido, decidió que era mejor ignorar al idiota ese y solo limitarse a conversar un rato a ver si se le daba bien esp de ser sociable y amable para guardar apariencias, además la chica le había parecido a primera vista una chica bastante alegre y que sería útil para cualquier cosa, que no tenía miedo y estaba segura de lo que hacía y como lo hacía. Era una Gryffindor, dedujo por su la insignia cocida a la bufanda que ella llevaba con estilo de modo rebelde.