Je veux juste avoir du plaisir [Roger]

Se observo en el espejo y se sonrío. Estaba aburrida, y no quería quedarse encerrada en ese estúpido dormitorio con esa gente, Daphne se sentía como un animal enjaulado y le demopstraba con frecuencia su opinión a todos en cuanto a compartir habitación con otras, eso no era algo que a ella le llamara la antención ella adoraba su privacidad y no le gustaba que al dejar un pergamino sus compañeras husmearan para ver que era eso o de que se trataba.
No le gustaba compartir, sus cosas eran eso "suyas" y de nadie más. Se cepillo el cabello, y se coloco su cazadora de cuero favorita, la que había comprado en París durante un tiempo de modelo. Era original y a ella le encantaba ver como las chicas que sabían de moda la miraban con envidia.
Camino por los pasillos, sin importarle ir informal sin el uniforme, era fin de semana y esos días se permitía vestir casual.
Dio un par de saltitos cuando nadie la vio y saludó a un par de conocidos con la mano, siguió caminando hasta ver a lo lejos el bosque prohíbido. Sonrío y camino con aire relajado y se adentró lo más que pudo en este. Con su varita empezó a hacer hechizos sencillos para no llamar la atencion de cualquiera que estuviera cerca, no le apetecía que un centauro se acercara y quisiera matarla y bueno, a ella le tocara torturarle y persuadirle para que se uniera a los Mortífagos o implorara por su vida.
Esto le hizo sonreír, saber que tenía el poder de elegir quien vive y quien muere.
Se sentó en un tronco y se limito a cerrar los ojos un poco inhalando con suavidad, relajandose.

Era un día bastante tranquilo de fin de semana, con un sol bastante tibio que contrastaba con el ambiente frío del interior del castillo, por lo que Roger aprovechó para salir al patio, quería relajarse, descansar un poco, y por qué no...explorar más a profundidad los alrededores del majestuoso colegio, el cual le parecía, a simple vista, una maravilla arquitectonica.

Caminó con paso relajado, observando la transformación de la vegetación en esta epoca del año, saludando con cortesía a los que lo buscaban, utilizando un gesto despreocupado, quería estar solo, desconectar de cualquier cosa que le produjera molestia e incomodidad, hasta llegar a un lugar privilegiado para observar el lago, una de sus principales actividades recreativas.

Su mente se colmó de pensamientos tranquilos, extrañaba a sus padres, a sus amigos, comenzaba a sentir nostalgia de su Liverpool natal, el lago lo transformaba de manera tal que el vaiven de su agua lo calmaba y lo dosificaba con una naturalidad pasmosa.

Suspiró y negó con la cabeza, una cosa era relajarse y otra, desviarse del camino, o eso le diría su padre, así que se levantó enseguida y sacó su varita, aprovechando la soledad del lugar quería practicar algunos hechizos, sin embargo, ese plan cambiaría drásticamente cuando su mirada captó algo inusual...alguien dirigiendose al bosque prohibido de una manera tranquila y despreocupada.

Arqueó la ceja y siguió a la persona, a él poco le importaba si decían que el bosque era o no peligroso, él creía que era una leyenda urbana para tapar cosas oscuras que pasaban ahí, siempre lo pensó así, se fue adentrando con cautela, observando como salían hechizos elementales de la varita de aquella persona.

Estaba intrigado, pero finalmente vio que seguía a una chica y que esta se sentaba en un tronco, con los ojos cerrados y buscando relajación, la detalló enseguida y supuso rápidamente que sería seguro acercarse.

Vaya...nunca me imaginé ver a una Hufflepuff tan celebre como tú en un lugar como este...casi toda la escuela sabe quien eres...espero no incomodarte...

Ella abrió sus ojos cuan suavidad al escuchar las palabras del Slytherin, bufó aburrida y pensó que ya ni en el bosque prohíbido se hayaba paz.

¿Ah si? No me sorprende que siempre me reconozcan.

Se encogió de hombros. En ocaciones ella siempre era un caso serio, era fría y no le molestaba en lo más minimo molestar a los demás con su indiferencia y su sarcástico sentido del humor; ella siempre decía lo que pensaba sin importarle como se lo tomarían los demás después de todo, ellos no eran nada en comparación a ella. Una animaga, mortífaga, adinerada, importante, famosa...Era bastante fácil odiarle y amarla.

Observó detenidamente al chico y algo le dijo que era de esos que socializaban con facilidad si querían, pero ella no era de las que solían ir de aquí allá haciendo amigos, eso siempre fue complicado para ella. Era muy selectiva y que le cayeras bien seria un verdadero logro.

¿No te han dicho que andar por el bosque es peligroso? No deberías estar acá.

Se encogió de hombros, mientras observaba fijamente a la serpiente.

El sonrió levemente, sabía que la había interrumpido y eso tenía un punto de gracia, siempre le levantaba el animo molestar, asi fuera un poco, a los Hufflepuff, era algo innato que casi venía con el uniforme, por lo que internamente se congratuló de haberle hecho perder la concentración.

Se cruzó de brazos y avanzó unos cuantos pasos hasta el arbol más cercano, ahí se recostó sobre este y luego de mirar al cielo, la observó a ella, esos ojos penetrantes sin duda encerraban algo más...tal vez esa habia sido la razón por la que la estaba siguiendo, más allá de simplemente hacerle pasar un mal rato.

Si...a mi me pasa lo mismo...por eso necesito de vez en cuando un poco de privacidad...te seguí porque me pareció bastante raro que alguien viniera a este lugar...puede ser peligroso...pero me encanta que sea así...me fascina...creo que tiene un encanto especial, no sé si será por su prohibición o por todas las cosas que pasan aquí...pero siempre he sido un enamorado de este lugar...

Puedes ver mejor las estrellas desde el centro del bosque...si es que no molestas a ninguna criatura en el camino.

Comentó él, sonriendo levemente, sentía que ella era muy parecida en cuanto a caracter, la soledad y la frialdad eran sus cartas de presentación.

Me llamo Roger Louis...si lo que dicen de ti es cierto...es bueno conocer a alguien que se parezca a ti en medio de tanto idiota...

Dijo, en tono seco pero sincero, y le extendió la mano cordialmente, él sentía que podía salir algo bueno de esa conversación.

Enarcó su ceja cuando le dijo que la había seguido, lo primero que pensó es que era un acosador o un tonto que le haría alguna travesura que la haría quedar en rídiculo y luego regaría esa información para ganar dinero o hacerse más popular entre el montó de inadaptados que iban a hogwarts, eran muy pocos los que de verdad merecían estar en el colegio, eran tan pocos que facilmente se les podía contar con los dedos de las manos.

Pues gracias por tu preocupación, pero no debiste seguirme se cuidarme sola, Este bosque no es más que eso, un bosque. Le dicen prohíbido porque tontos que se creen lo mejor a lo mejor entraban y molestaban a las criaturas de este lugar, pobres inmaduros, lo que el colegio tomó medidas. De peligroso tiene poco, o bueno, a mi me gusta el peligro lo que me hace pensar que este es un lugar más seguro que allá afuera.

Soltó tomando con cautela su varita lista para lanzar un hechizo en caso de emergencia, sabía al igual que todos en el colegio la fama de las serpiertes para meterse con los demás. En parte a ella le parecía bastante molesto, pero al ser una de esas chicas que todo le va igual no le importaba.

¿Lo que dicen de mí? ¿Y qué es exactamente lo que dicen de mi que hace que una serpiente lo diga como un halago?

Preguntó curiosa, enarcando su ceja. Siempre se decían cosas de ella, pero nunca le había prestado atención.

Volvió a sonreir, si, sin duda esta chica era el complemento perfecto para él, lo estaba empezando a notar, y por esa misma razón, era mejor ir con cautela, si lo que leía en sus palabras era así, él conocía de primera mano que no podía dar algún paso en falso con ella, arqueó la ceja con gratitud al escuchar de su boca que le gustaba el peligro, vaya, era dificil encontrar una persona así, y mucho menos Hufflepuff, esos tejones eran bastante reservados, callados y timidos, unas presas fáciles, pero se veía a kilometros de distancia que con Daphne eso no iba a ser así ni mucho menos.

¿Qué dicen de ti...? que eres fría...solitaria...que no te importa arrollar a quien sea con tal de conseguir lo que buscas...o que eres una rara especie de Hufflepuff ambicioso entre tanto tejoncito insipido...yo podría agregar que el sombrero seleccionador se equivocó contigo...deberías estar en nuestra sala común en vez de perderte entre tanto incauto...por eso me pareces especial dentro de un sentido bastante extraño...no eres una Huff cualquiera...y eso se nota...

Dijo pausadamente, observando con detenimiento como ella acercaba su mano a lo que parecía ser su varita, Roger negó levemente con la cabeza, como para indicarle que no pensaba hacerle nada.

En otro momento, tal vez podriamos tener un duelo...pero ahora solo quiero un rato de tranquilidad...haberme encontrado a alguien que piensa como yo y con quien puedo tener una plática inteligente es algo bastante valioso...y no creo que quieras desperdiciarlo...además...esta escuela necesita un revolcón...y creo que ambos podemos ayudarnos...¿Qué opinas?

Ella soltó una leve carcajada cuando dijo su personalidad. Negó con suavidad mientras disfrutaba como se sentía reír, ella no era de las que andaban por allí riendose de todo era bastante complicado hacerla reír, más sin embargo dejó de reír y su semblante estuvo serio nuevamente.

Y pensar que creí que me dirías algo más emocionante, algo que no supiera. No creo que se haya equivocado después de todo lo que me define no es mi casa es lo que soy y con quienes me juntaría en tal caso. Me da lo mismo si a la gente le molesta que esté en Huffle no me importa por mi que se peguen un avada y nos hacen un favor al desaparecer de este mundo.

Ella se encogió de hombros, y guardó su varita. Cansada de estar sentada y observando al chico para arriba enarcó la ceja y se incorporó.

¿Y por qué confiaría en tu palabra? Depués de todos eres una serpiente traicionera, y un desconocido para mí.

Lo miro de arriba abajo, y pensó que el al ser un Slytherin seguramente sería un buen Mortifago, se lo pensó muy bien y se dijo que siempre quiso tener a un perrito faldero y aquel chico sería facil de "manipular" el lado más oscuro de Daphne salió a relucir cuando se lo pensó bien.

Yo también creo que puedes ayudarme, y solo porque me agradas puedes decirme por mi segundo nombre, Louis.

Le encantaba lo que escuchaba...sobre todo cuando ella dijo que les haría un favor a ambos que todos esos tontos desaparecieran instantaneamente, sentía algo extraño al verle los ojos, como si ella supiera exactamente lo que quiere y cómo conseguirlo, de alguna manera se sentía privilegiado porque ella lo tomaba en cuenta en sus ideas.

Pensó en eso...¿él sentirse privilegiado porque ella le daba atención? ¿Qué le estaba pasando? ese no era el Roger que iba a comerse el mundo y hacer pagar a todos los que buscaron pisotear, sin exito, el apellido de la familia, su semblante cambió extrañamente, había desviado la mirada ligeramente, como si se tomara su tiempo para pensar en todo aquello y se encontraba más serio...¿y si ella notaba todo este cumulo de sensaciones extrañas? ¿y si ella se aprovechaba de la extrañeza que lo invadía?

Siguió pensando en que no debía ser previsible ni mostrarse débil ante la seguridad que Daphne proyectaba...su figura la ayudaba a tener toda la atención de Roger, sin embargo, ese no era el motivo principal por el que él estaba extrañamente fascinado por la Hufflepuff, sabía que debía pararla de alguna manera, pero todo esto se borró cuando él escuchó que a ella le "agradaba", y le permitía llamarla por su segundo nombre.

Sus pensamientos se nublaron enseguida y asintió con una sonrisa gratificante, él la ayudaría, claro que sí.

Gracias...Katerina...te ayudaré en lo que necesites...pideme lo que necesites y lo haré...juntos lograremos muchas cosas...somos pocos los que sentimos la necesidad...y debemos atender ese llamado...

A Daphen le gustaba lo que escuchaba, lo tenía justo en donde quería. Ella siempre fue de las que conseguían lo que quería cuando querían y como querían. Nunca se supo bien el porque, pero siempre se creyó que era su encanto natural lo que hacía que los demás hicieran las cosas que ella pedía muy pocas veces se negaban y cuando lo hacían ella buscaba un modo de que lo hicieran.

También se sintió complacida de ser tan reconocida que no hubo necesidad de decirle el segundo nombre, el chico lo conocía y eso de nuevo la ponía en ventaja. Enarcó su ceja nuevamente, y dio un par de vueltas lentas alrededor de Roger, examinando a la serpiente con cautela para poder conocerle bien.

¿Juntos? Tu serás mi segundo y yo me llevaré todo el mérito cuando quiera.

De nuevo saco su varita, más por hábito que por dar a entender que ella no confiaba en nada ni en nadie, y que no amaba a nadie más que a ella misma. Se detuvo frente a él, y le dedico una sonrisa que siempre utilizaba para convencer a los demás, una sonrisa que lucía demasiado natural, demasiado irresistible.

¿Estás conciente que al decir que harás lo que sea que te pida, te metes en grandes problemas de los cuales no saldrás?

Soltó con una voz fría, y a la vez seductora, quería saber si el era capaz de superar el miedo y lanzarselas con todas la que tenía, de todas maneras Daphne solo jugaba a ganar.

¿Seré tu qué...?

Dijo él con extrañeza e incredulidad, ¿ser un segundón...y además de una Hufflepuff? eso era algo que no se podía permitir, su orgullo valía más que cualquier otra cosa, más que cualquier plan para purificar la raza, se había quedado de piedra, recordó la historia de su padre y de su tio...juntos habían luchado para ese ideal que lastimosamente no se cumplió, él estaba predestinado a seguir aquella historia, pero como lider, tenía todas las condiciones para llevar a cabo el plan que necesitaba el mundo mágico, y ahora llegaba ella, le proponía ser segundo, y ¿esperaba que él aceptara de buenas a primeras?.

No pareció convencerle del todo, aquella propuesta le indignaba y le ofendía a la vez, ya había cedido mucho con permitirle que unieran fuerzas, ya que él trabajaba solo, cuando su cuerpo reaccionó, su primer movimiento fue el de comenzar a andar para retirarse del lugar, no aceptaría tal cosa, sin embargo la observó de frente, con una sonrisa arrebatadora hizo que el chico se detuviera en seco, la escuchó completa y atentamente, y solo se alejó unos milimetros para observar, de abajo hacia arriba, el cuerpo de Katerina, sus piernas sobresalian de aquel espectacular cuerpo, el cual era adornado por una hermosa sonrisa.

¿Quieres saber la verdad...? Respondeme una pregunta primero...¿Que buscas en mi...? ¿Un aliado...o...alguien que te haga el trabajo sucio? ¿Un perro faldero?

Susurró, fascinado por su belleza y su elocuencia, perdido en sus ojos y en sus labios, sin embargo, con un leve toque de conciencia que le permitiera pelear hasta el final de sus posibilidades...si ella quería algo con él, debía ser cautelosa...

El se había cruzado de brazos, al parecer su forma combativa había vuelto, ella le había tocado el orgullo y eso no era negociable, ni siquiera por un espectacular cuerpo como el suyo, sonrió incredulo mientras negaba con la cabeza, sentía que quería utilizarlo para sus planes más macabros, su padre le había contado de algo muy parecido cuando él tenía su misma edad, y no quería pasar por eso nuevamente.

Se mordió el labio mientras la escuchaba, ella decía que se había ganado un puesto en su lista de desilusiones...¿Y eso qué? Roger detestaba su tono, como si quisiera darse más importancia de la que ella creía que poseía, pensaba en pisotearlo y eso jamás pasaría mientras él tuviera uso de razón.

Siguió cruzado de brazos, oyendo de manera pausada y tranquila todo lo que ella decía..."a mi modo", puntualizó...¿eso no es que él se someta a sus reglas? ambos eran igual de orgullosos, y si ella no iba a ceder, él tampoco le daría el gusto de verlo congratularse por un misero puesto de acompañante.

Roger continuaba en su pose de negación, con cada gesto estaba más convencido de que ella era de otra pasta, pero también de que sería dificil conseguir una posición igualitaria ya que ella había tomado la delantera, sin embargo, estaba decidido a eso, hasta que vio el espectacular muslo de Katerina sobresalir, no pudo evitar desviar la mirada para intentar no mostrarse débil, pero eso no impidió que su boca se entreabriera, dando a entender que le había encantado lo que había visto.

Nuevamente, su pose de altivo se diluyó cual azucar, él cerró los ojos, esa pierna cruzada penetró en él tanto o más que la espada más filosa, suspiró, y volteó la cabeza, observando la pierna sin reparo alguno, tragó saliva, y sonrió.

Sé que estoy en una posición privilegiada...y te doy las gracias porque es un honor que te hayas fijado en mi...

Susurró, acercandose a ella, su resistencia se había ido al demonio.

Si ser aliado a tu modo significa ser tu perro faldero y adaptarme a tus reglas...pidemelo...pideme una prueba...y te la daré...

Dijo mirandola desde arriba, seguro de lo que decía, esperando por su decisión.

Ella usaba de nuevo esa sonrisa para denotar que le gustaba lo que escuchaba, Roger se encontraba en un punto de confusión tan elevado que no sabía qué hacer o qué decir...realmente la oferta de una purificación era lo bastante tentadora como para atreverse a cualquier cosa, sin embargo, aun quedaba en él la interrogante de que si ella podía verdaderamente lograr lo que grandes y celebres mortifagos no pudieron. Su padre sobrevivió a muchos años con la agonía de haber matado a varias personas en aquel incidente, en aquel atrío, él se sentía con la capacidad para hacer lo mismo...pero...¿y si descubre por las malas que aun no es lo suficientemente fuerte?

Negó internamente, lo que menos deseaba era decepcionarla, estaba tan deslumbrado por su belleza, por su seguridad y por su forma de abodarlo, que, le parecía simplemente una utopía resistirsele. Ella le preguntó hasta donde era capaz de llegar por probar su lealtad, e incluso le propuso pagarle con sexo, si...sin duda eso sería un buen precio por hacer cualquier cosa, cuando ella mencionó aquello, pudo comprobar también enseguida que a él no le desagradaba tal cosa, ya que sus expresiones lo delataban de manera tal que deseaba hacerla suya en pleno bosque prohibido, se mordió el labio con deseo y su respiración comenzaba a subir, pero él no deseaba mostrarse tan básico, no ante ella.

Su mirada de repente se ensombreció cuando ella dejó caer la idea de llevar a alguien al borde del suicidio mediante la tortura...¿hacer un crucio? pan comido para él, que había sido instruido en los hechizos más mortiferos y letales, sonrió levemente, mirandola con ojos fijos, se agachó para estar a su altura y observando sus piernas, las cuales se encontraban en una posición más que perfecta.

¿Herir a alguien...dices...? mataría hasta a mi madre por tí...por ese cuerpo...porque me poseas...por sentirme tuyo...puedo subirte más el ego...¿quieres ver...?

El la miró fijamente, con un cierto toque de desconcierto...¿Qué más prueba quería que el hecho real de que mataría a su propia madre si ella se lo pidiera? Suspiró levemente, ella tenía razón, no podía simplemente confiar en lo que él le decía, eso era lo que proyectaba su mirada a simple vista.

Roger se levantó y caminó un poco, siempre a la vista de ella, asintió con la cabeza levemente, él sabía que un juramento era algo más, que un juramento era la expresión definitiva de lealtad y de que estaría poniendo su honor y su palabra al servicio de ella, por lo que lo deliberó, no porque dudara, sino porque quería la forma más directa posible de decirle lo que pensaba.

Se mordió el labio observando ese escultural cuerpo que lo deleitaba, suspiró deseoso, suspiró arrebatador, sus ojos azules no eran nada para la mirada hipnotica de Katerina, avanzó hacia ella, se arrodilló frente a su cuerpo, poderoso e incitante a la vez y asintió con la cabeza.

Te lo juro...te juro que seré el más fiel de tus aliados...te juro que haré lo que quieras...te juro...que si me pides que te bese los pies para probarlo...lo haré...mataré al primero que se me pase por el frente con tal de probarte mi valia...y...disculpame por haber sido tan esquivo antes...debí conocer mi puesto desde el comienzo...

Susurró, bajando la cabeza, esa chica lo tenía completamente dominado y él no hacía esfuerzo alguno por disimularlo, sabía que le agradaba esto a Katerina, y él haría lo que fuera porque se mantuviera así.

El se levantó enseguida junto con ella, que no le diera una respuesta segura acerca de lo que él le planteaba lo ponía bastante nervioso, había llegado al punto de jurarle que mataría a su propia madre con tal de probarle su lealtad...¿qué más quería? ¿Qué más necesitaba?. La observaba caminar, como quien delibera una cuestión de vida o muerte, y no pudo hacer más que morderse el labio con desesperación, la impaciencia lo estaba volviendo loco, tanto, que no podía analizar con frialdad lo que ella le pedía.

¿Parte de algo grande? ¿Que rayos se traía entre manos? la forma de hablar y los gestos de Katerina hicieron que él prácticamente se olvidara de aquella primordial cuestión.

Yo te la daría toda si eso deseas...

Susurró, enloquecido con su simple aliento, lo que le dijo a continuación podía hacer desistir a cualquiera, pero a él no, tragó saliva, se agitó, pero no por el hecho de que podía asesinar a su madre, sino por la cercanía tan provocativa entre ambos.

Suspiró y se mordió el labio, en sus pensamientos solo habían preguntas...¿de verdad mataría a su madre por una desconocida? ¿de verdad acabaría con todo lo que ella representaba para él por una Hufflepuff? ¿Hasta ahí llegaba el control mental sobre él? la respuesta a todo eso vino en forma de una sonrisa macabra.

La haré sufrir...y luego la asesinaré...

Susurró, aprovechando la cercanía de ambos para conjurar el hechizo que los transportara hacia la casa de campo de la familia, un lujoso complejo de 3 pisos con piscina y toda clase de objetos que hacía que cualquiera otra casa fuera una simple pocilga. Escuchó pasos y sonrió, su madre estaba en el segundo piso, en el cuarto que compartía con su padre, le hizo una seña a Katerina de que lo siguiera y ambos subieron, al verse a tan pocos metros del objetivo, no lo dudó y abrió la puerta, la cara de su madre al verlo fue de gran sorpresa, pero la expresión de Roger era de total concentración.

Sin mediar palabra le lanzó un crucio potentísimo, el cual hizo que se revolcara en el suelo de la manera más grotesca, su padre le había dicho que al ser estudiante, la varita sólo haría esa clase de hechizos si el odio hacia el objetivo era tan grande cómo para transportarselo al conducto mágico, eso era algo que todo el mundo sabía pero que nadie quería divulgar, simplemente decían que los estudiantes "no podían" invocar.

Roger sonrió con crueldad al ver a su madre rogar por oxigeno, por ayuda, negó con la cabeza y le lanzó una Avada directo a su frente, estos hechizos que solo se podían hacer por impulso, debían ser extremadamente certeros, Roger no fallaría.

Se acercó al cuerpo sin vida de su madre y negó con la cabeza, como pidiendole resignación, para finalmente agacharse y contemplar mejor.

Lo siento madre...pero...necesitaba probarle a alguien que yo valía la pena para ser su aliado...su perro faldero...lo que ella deseara...

Sonrió e invitó a pasar a Katerina, mientras se levantaba él, se acercaba a ella y le daba una vuelta sobre su propio eje.

Ahora soy su objeto...y debo obedecerla...incluso en matarte...¿cómo crees que me negaré a semejante cuerpazo...?

Cuando roger había dicho que la mataría, y que haría sufrir a su madre ella no le creyó. Ni siquiera ella era tan mala como asesinar a su propia madre. Entonces se sonrío para sus adentros, mientras pensaba que eso eran solos palabras.

Todo cambio cuando el bosque dio vueltas a nuestro alrededor. De repente estabamos en un complejo de casa de campo de unos tres pisos bastante lujusa justo como solían ser sus casas en Rusia, cuando vivia junto a sus padres. Se acordó de tantos detalles que solía escrutar de su casa cuando se aburría; se acordó del candelero de oro que guidanba con elegancia y suavidad por el techo del vestibulo. También se acordó de aquellas escaletinas de marmol que decodaban con forma de caracol el majestuoso Living ella siempre había apreciado aquellos detalles porque siempre decía que sus casas serían así y eso era ley.

Lo siguió por las escaleras hasta entrar en una habitación bastante linda. Frente a ellos una mujer parecía alegre y sorprendida al ver a Roger...entonces el chico le lanzó un crucio y la torturo lentamente mientras en los ojos de la mujer se asomaba un deje de suplica. Finalmente la asesinó del todo, Daphne se acercó a Roger que estaba invitandola a pasar y lo beso.

Fue un beso corto, sin mucha emoción para ella, solo para compensarle aquella cosa que había hecho y para marcarle de alguna forma como su aliado y que ahora le pertenecía le gustase o no.

Hay que volver a Hogwarts o nos van a inculpar por el crimen que tu padre cometió,

Soltó ella mientras acomodaba la escena con su varita para hacerles creer a todos que había sido el padre de Roger quien la había asesinado. Sonrío complacida y dio media vuelta dispuesta a retirarse.

Es mejor volver antes que noten que desaparecimos, sígueme querido.

Murmuró ella de pie esperando a que el chico la siguera.

Roger le lanzó una última mirada a su madre y sonrió con asco, antes, ella había sido todo para él debido a que su padre no pasaba mucho tiempo en la casa debido a su trabajo en el ministerio, pero ahora, completamente perturbado por los deseos y las ordenes de Katerina, él la observaba simplemente como aquel desecho que había que tirar rápidamente.

Ahora observó a quien lo había llevado hasta ahí, estaba muy cerca de él, peligrosamente, esperaba que le dijera algo, había acabado con la vida de su madre por ella y necesitaba escuchar al menos una palabra de confianza, su mente estaba bastante perturbada en ese momento y el hecho de que ella no se pronunciara sobre lo que acabó de ver, lo desesperaba aun más, sin embargo, lo que ella hizo fue mucho más de lo que él esperaba.

Ese beso, aunque corto, fue como un elixir mágico que le decía que todo había valido la pena, que el hecho de que no tuviera madre ahora era simplemente la prueba para conseguir un bien mucho mayor. Katerina no había usado ninguna clase de hechizo con él, más allá del de su belleza, a pesar de eso, había dicho y hecho las cosas correctas como para crearle una confusión tan grande que solo miraría a través de sus ojos.

Cuando ella mencionó que inculparían a su padre, arqueó la ceja de manera imperceptible, se le hacía dificil imaginar a su papá en Azkaban con tantas influencias y contactos que manejaba, él quería deshacerse de su esposa ya que era un "constante tormento"...Roger le facilitó el trabajo.

Bajaron las escaleras y comenzó a sentirse levemente mareado, no tanto para que se detuvieran, pero si como para que él se preguntara qué pasaba, la casa seguía sola, pero no por mucho tiempo, él fue tras ella, esperando indicaciones mientras observaba su vaiven hipnótico y arrebatador, se sentía diferente a medida que pasaban los minutos...pero por ella valía la pena.

¿Qué haremos al llegar alla?

Le dedico una de esas miradas que ella dedicaba cuando se aburría de estar en un mismo lugar sin hacer nada.

¿Y tú que crees? Ir a clases y ver si no nos castigan porque tu nos trajiste.

Soltó halandole del brazo para aparecer de nuevo en los terrenos del bosque prohibido, con una jaqueca terrible. Se masajeo la sien y entre cerro los ojos, sentandose de nuevo en el tronco del árbol. Suspiro con suavidad y repentinamente se sintio abrumada.


La lealtad que me has mostrado es halagadora, pero no quiero que si llega alguien más y te pide que me mates me hagas lo mismo que le has hecho a tu madre porque juro que vuelvo del más allá y te degollo mientras duermas.

Comentó con una pizca de humor, ella adoraba amenzar pero se notaba que aquel chico no necesitaba más incentivo que el de la promesa de una noche de placer en su compañía, le causaba satisfacción. No a menudo se encontraba con una persona que asesinara a su madre por una chica desconocida, su enterna confianza le daba a Daphne una ventaja sobre el que era impresionante, estaba cegado para ella y eso era muy bueno.

O hasta cierto punto. De nuevo se encerró en su coraza de chica fría no quería darle la confianza suficiente para que creyera que estaba hablandando el corazón de la chica, o que merecía que ella lo tratará diferente.


¿Qué hizo tu familia para no merecer tu misericordia y refelxión?

Interrogó mirandose las uñas, no le daba mucha relevancia al asunto pero quería saber si daba un movimiento en falso, cual sería y si esto le cosataría a su nuevo seguidor.

Roger cerró los ojos con fuerza al sentir como ella los transportaba de vuelta al bosque prohibido, se mareó levemente, pero nada que fuera excesivamente serio, se sintió aliviado al finalmente tocar tierra firme y no estar dando vueltas sobre si mismo, movió ligeramente su cuello y la observó, por un momento quería masajearla él mismo, sin embargo, tenía cosas más importantes en qué pensar, ya que acababa de matar a su madre y eso era algo que no se veía todos los días.

Se cruzó de brazos, estaba tenso, caminaba de un lado para otro con lentitud, como calculando la magnitud de lo que había hecho, el comentario que ella le hizo en otro momento le hubiera sacado una carcajada, pero en una situación como esta "solo" le sacó una sonrisa sincera, divertida...había matado a su madre...si...¿y? él debía sacrificarse por un ideal que iba más allá de cualquier otra cosa, eso fue lo que su padre le inculcó cuando le dijo que "ya llegaría el momento" de enfrentar su destino y para lo que fue concebido.

¿Traicionarte, Katerina...?...ese beso que me diste...significó demasiado para mi...y no podría ni siquiera pensar en hacerte daño...

Se sentó a su lado y se mordió el labio mirandola fijamente, mientras negaba con la cabeza.

Me gustas...me fascinas...¿Por qué no decirlo así...? me tienes en tus manos...y soy tuyo...yo...

Su discurso fue cortado y desvió la mirada enseguida, levantandose, le había parecido una imprudencia total.

¿Mi familia? no...solo mi madre...mi papá siempre pensó que ella era un estorbo...era una escoria...era una sangre limpia como nosotros pero no tenía la más minima predisposición a ayudar en una purificación...todo lo contrario...era de ese tipo estúpido de blandos que pensaban que todas las criaturas del mundo mágico debian vivir hermanados...pero...mi padre pensó que era demasiado temprano para hacer lo que hice hoy...por eso te debo mi lealtad...tu me abriste los ojos y me diste a entender que personas así no pueden seguir viviendo si queremos que este mundo sea mejor...

Dijo sin titubeo, y con un brillo en sus ojos, tal como su padre lo había expuesto varios años atrás, cuando fue convertido en Mortifago, luego suspiró y recordó aquella pequeña pero vergonzosa confesión.

Yo...disculpame...no quiero que pienses que te sirvo por un simple interés físico...no era mi intención decirlo así...mi reina...

Entornó los ojos de manera que solo consigió que esa confesión le valiera un pepino. Normalmente ella le hubiese dedicado una sonrisa juguetona, así era ella adoraba jugar con sus juguetes, con sus títeres, juagabas con las emociones de los demás por mero ocio, ella nunca fue de esas que se arrepentían de lo que hacían. Solo seguían adelante sin observar a los demás, le importaba un pepino si ella hería a los demás solo le importaba ella y nadie más que ella ¿Era eso malo? Claro que no, nadie nunca había logrado llegar a su corazón tanto como para importarle, bueno solo unas pocas personas pero ellas contaban más como una familia a que meros extraños.

Sin embargo, que aquella serpiente confiara tan ciegamente en ella le hacía parecer que todos eran tan manipulables y vulnerables que la beneficiaban siempre. A pesar de todavía estar mareada solo le asintió con suavidad, y luego añadió.


No deberías andar diciendo lo que sientes, al menos no a mi, te hace ver débil.

Su intención no era herirle, pero eso de ser emotiva no era lo suyo y siempre le molestaba que los demás lo fueran con ella. No estaba acostumbrada era todo. Entonces escuchó con cuidado lo que decía de su madre.

Su muerte no fue en vano, algún día el mundo se estremecerá cuando sepan que los muggles y sangre sucias merecen ser cazados hasta la extinción.

Daphne solo pudo sonreír a la nada satisfecha con la idea, se volvió acomodar la rubia cabellera y permaneció en silencio contemplando la majestuosidad del bosque prohibido.

A Roger no le impresionó en lo más minimo lo que ella le había dicho acerca de reprimir sus sentimientos, en otro momento se hubiera sentido humillado y herido, sin embargo, eso era algo que debía hacer por necesidad, que se lo diga una extraña a la que recien acababa de conocer era un golpe que no tenía por qué sufrir, pero así se le quitaría de la cabeza la idea tonta de abrirse con alguien que lo buscaba por otras razones.

¿Le había dicho reina? él se extrañó un poco cuando se dio cuenta de eso, pero no era más que una formalidad, se sintió patético, pero Katerina ya le había dicho todo lo que quería oir, aun así, suspiró, la historia parecía repetirse, y temía que él no corriera la misma suerte que su papá, que supuestamente mató a 5 personas y salió completamente ileso de una tragedia que él aun no terminaba de creerse.

Mi papá me contó que a él le dijeron unas palabras más o menos parecidas...él fue convertido a Mortifago por una tal...no recuerdo su nombre...pero según él era la reina de todo el mal para esa epoca...fue cuando mi padre tenía mi edad...me dijo que los caballeros de Walpurgis tenían una misión...matar al Ministro de magia...incluso me contó que mi tio Roger desvió un petrificus totalus que le venía directamente a él justo cuando estaba distraido...

Sin embargo nunca le creí nada...no hay registros...pero...que tu me digas todo esto...me hace pensar...

El fijó sus ojos en ella, su mirada ahora no era sumisa, él sentía que el mundo le ocultaba algo, y si iba a meterse en esto, debía saberlo.

Katerina...¿tu sabes algo de esto...? El Ministerio dice no saber nada...cada vez que pido información sobre esa fecha, los nombres, los muertos...siempre me dicen que en esa fecha no pasó nada...pero mi padre lo cuenta con tanta emotividad que es dificil no creerle...necesito saberlo...

Su semblante permaneció inescrutable, cuando escucho que el padre de Roger había sido mortífago sintió deseos de preguntarle el nombre de su padre. Peor a juzgar por los rasgos físicos de Roger y la historia que contaba no le fue difícil identificar de quien hablaba, era tan obvio, era como si le dijera el nombre de su padre allí mismo, además le vino el recuerdo de su apellido. No podía ser otro que Michael Louis, era tan obvio, los mortífagos le conocían tan bien como una adolescente conoce a una estrella de pop.

¿Y qué te hace tan siquiera pensar que te contaré si se algo? La verdad no me has dado un buen motivo por el cual deba compartir mis conocimientos contigo, y no puedes obligarme diciendo: Porque es mi padre, porque eso me vale muy poco.

Se encogió de hombros, y le ignoro por un buen rato, solo para pensar un poco le beneficiaba tener de su lado al hijo de aquel mortifago. Si bien no era el más importante, cualquiera asesinaria a cinco personas y podría huir y salir como si nada, muchos lo hicieron con anterioridad incluso había más de uno que habían matado más como era el caso de la excepcional, Bellatrix lestranger. Daphne de verdad admiraba a aquella mujer de manera tonta y casi infantil, su carácter y su forma de ser le hacía pensar que si todos fueran como ella el mundo sería mejor y no estaría lleno de gentuza por allí. Además Bella para ella era el modelo a seguir que siempre pensaba que todos necesitabamos, ser leales incondicionalmente a los sangre Pura.